Sin duda, la mujer, más importante de la historia se llama María. De ella desconocemos sus apellidos, no sabemos con certeza ni donde nació, ni cuando, ni como murió. De ella, sólo sabemos, que era una mujer joven, una chiquilla de Nazareth, cuando Dios puso sus ojos en ella e irrumpió con la fuerza de un huracán, pero con el leve sonido de un viento primaveral, en la historia de los Hombres.
María vivió como cualquier mujer de las muchas que han habido a lo largo de la historia, una mujer que no logro un gran avance para la ciencia, una mujer que no escribió ningún libro, que vivió en un pueblo de un país, perdido en el vasto Imperio Romano: Israel. Que la mayor parte de su vida pasó entre fogones, cuidando de un hogar donde convivía con su marido y su hijo. Y desde ese humilde hogar, siendo una ama de casa, ha llegado a ser la Mujer más importante de la historia.
Hoy muchos creyentes no entenderían su fe, sin ella, sin María. Para muchos de nosotros María es el Pilar de nuestra Fe, el rostro materno de un Dios que es Padre, porque ella es Madre de los Creyentes. Y es, en los momentos difíciles de la vida, la vela que permanece encendida para que el hombre no caiga en su amargura, para que el hombre vea cada día como en el cielo está ella e intercede al Padre por cada uno de nosotros: ella es María, la Madre de Jesús y nuestra Madre. Hablar de María es hablar del corazón de cada uno de nosotros, donde muchas horas el hombre habla con ella, como habla con su madre, donde el hombre siente la caricia de su amor, donde buscamos su sonrisa en una avemaría u otra oración.
A lo largo de la historia, sin duda, María es la mujer más representada por los pintores y los escultores, su vida esta reflejada en lienzos o relieves, donde el hombre descubría, cuando no sabía leer y escribir como Dios, a través de María, nos mostraba como actuaba en la vida del hombre y que buscaba en cada uno de nosotros.
Este blog quiere ser una colección de obras de arte, donde guardar la vida de aquella que todas las noches, antes de dormir, alzo los ojos, buscando su mirada, una oración hecha colección de sus imágenes.
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